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ESPECIES: El Cinca, es uno de los ríos tradicionalmente trucheros de Aragón. Así que como ya habremos adividano, la trucha será nuestro principal objetivo, aunque no podemos olvidarnos de los grandes barbos que también habitan estas aguas.

No nos sera dificil capturar varias truchas por encima de los 22 cm

​DESCRIPCIÓN: El tramo libre, se encuentra regulado por la presa de Laspuña en la que derivan gran cantidad de agua para el aprovechamiento eléctrico de la central con el mismo nombre.Por lo que en verano suele tener menor caudal del que el Cinca llevaría en su estado natural.



Es una zona fácil de pescar debido a la gran amplitud del río y lo sencillo que nos resultará lanzar nuestro señuelo a las pozas.



Muy apto para el aprendizaje de la pesca a spinning.

 

Pescando a spinning en una de las numerosas badinas del tramo libre.

Las truchas nos estarán esperando en las numerosas badinas que posee este río. Aunque no debemos de descuidar las lentas tablas con profundidad e incluso las zonas con grandes corrientes que alberguen una profundidad mínima de 50 cm.



Estas últimas zonas, nos sorprenderán principalmente en los meses calurosos, si cuando toquemos el agua nos resulta muy fria, tanto que nos duela la mano, nos centraremos más en las pozas y sobre todo, en la salida de las mismas.

 

La población de truchas, goza de buena salud, son muchos los ejemplares de entre 14 y 18 cm que encontraremos en el río. Mientras caminemos por las orillas o lo vadeemos podremos observar que son muy abundantes los alevines de trucha que pasaran de piedra a piedra huyendo del ruido de nuestras pisadas.

También mientras vayamos mojando nuestras moscas y  si somos capaces de acertar con la imitación adecuada, veremos como aceptaran nuestros engaños truchas entre 22 y 26 cm. 



Las truchas de mayor tamaño, aunque  si existen refugiadas en las badinas, serán más difíciles de engañar, solo aceptarán las imitaciones que sean idénticas a las moscas que en ese momento sobrevuelen el río.



Otra de las buenas opciones para   

Tablas y grandes pozas, es la dinámica general de este río.

Las badinas por lo general suelen tener varios metros de profundidad, superando en ocasiones los 4 m.

El entorno es espectacular, grandes bosques verdes, vistas increíbles de los pirineos y la majestuosa Peña Montañesa que se alzará encima de nuestras cabezas, nos harán disfrutar todavía más de la pesca.

Un entorno precioso para practicar nuestro deporte.

Las bravas truchas del Cinca nos harán disfrutar de grandes momentos.

pescar este tramo es la cucharilla. Opción que será de mayor eficacia en los meses de Mayo y comienzos de Junio, cuando el Cinca presente un abundante nivel de agua.

Cuando el río presente ese perfecto nivel de agua, utilizaremos cucharillas del nº 3 tratándose de Mepps o del nº 6 si utilizamos Martin.



En verano, el río presentará un caudal mucho más bajo minimizando la eficacia de las cucharillas. Aunque seguiremos teniendo capturas, las mejores horas se reducirán al amanecer. Durante los atardeceres, observaremos como las truchas se quedaran en la superficie esperando que efémeras y  tricopteros se posen en las cristalinas aguas del Cinca. Si intentamos pasar una cucharilla por las inmediaciones, la gran mayoria de ellas, ni siquiera se girará para seguirla.

Una vez más, nos gustaría insistir con la práctica de la necesaria captura y suelta. 



Durante la realización de este reportaje, nos sumergimos en varias pozas con la intención de fotografiar y realizar vídeos de barbos y truchas. Donde pudimos comprobar que efectivamente hay una buena población de los salmónidos. Pero nos dimos cuenta que ejemplares por encima de los treinta centímetros eran muy escasos, los cuales son los principales reproductores.



Una cosa tenemos que tener en cuenta, la trucha que nos llevemos a casa, nunca más la volveremos a pescar.



Como ya habíamos comentado, otra de las especies que pueblan estas aguas, es el barbo. En cada poza veremos varios ejemplares por encima de los dos kilos de peso, pero será francamente  difícil hacernos con una captura. Suelen estar todo el tiempo en el fondo y no suelen subir a mosquear. Por lo que nuestras opciones se reducen a ninfa o lombriz de tierra.



Para esta última opción, tendremos que esperar, a que el río baje un pelín turbio, situación que se suele dar después de una tormenta. 



En la situación normal del río, las aguas son de una claridad extrema por lo que el barbo desconfiará totalmente.

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