Pescar en una masa de aguas paradas donde lo que sobra es columna de agua, con un señuelo que incentiva la territorialidad, a priori no es la mejor elección. Pero la práctica no nos da la razón. Paradójicamente muchas de las capturas se han conseguido con estos señuelos a pesar de haber probado otras técnicas. De hecho puede convertirse en nuestro único recurso cuando las truchas están inactivas.
Considerando que la mayoría de ibones tienen más de un par de horas de caminata aparte del tiempo de aproximación en coche, podemos deducir que no
Para intentar encontrar la profundidad adecuada es conveniente llevar peces artificiales con diferentes paletas y señuelos de diferente gramaje. También podemos dejar profundizar nuestro señuelo contando hasta un cierto número antes de empezar a recoger. Así es más fácil tener un control de la profundidad a la que pescamos. Si pescamos a una cierta profundidad recogeremos lentamente, a la velocidad mínima que permita la pesca con nuestro señuelo (nuestras truchas estarán más lentas en profundidad) pero cuando pesquemos cerca de la superficie podremos imprimir algo más de brío a nuestro señuelo. No hay que olvidarse de los movimientos secos en forma de pequeños tirones cuando trabajemos con ondulantes, strimers o peces artificiales, puesto que hay que incentivar a esas truchas perezosas.
Si no tenemos éxito probando a diferentes profundidades paciencia y a recorrer la orilla. Ya hemos comentado que siempre hay zonas mejores que otras como los salientes, las desembocaduras de pequeños torrentes, grandes bloques en el fondo...
Nos acercaremos sigilosamente. No hay que olvidar que las aguas son muy claras y en primer lugar hay que pescar las orillas. Allí tendremos las mayores probabilidades de picada en el caso de que existan piscardos u otros peces pasto. Una trucha apostada tolera mal cualquier intruso, y las posibilidades de que muerda con fiereza nuestro engaño son altas. Una vez insistido en la orilla a ambos lados de donde nos encontramos comenzaremos a lanzar ibón adentro, en busca de la profundidad exacta donde están nuestras truchas.
vamos a pescar las mejores horas a no ser que pernoctemos en él. Por eso, cuando lleguemos a un ibón y no veamos ni una sola trucha por la superficie, ni una sola ondulación, podemos pensar que no es su momento más activo. Así que empezar con esta técnica en espera de mejores momentos puede ser una gran decisión.
Cucharilla Martin de 9 gramos
Para pescar con estos señuelos hay que entender dos aspectos de los ibones ya comentados; Primero, la trucha no tiene un territorio definido como en un río. Segundo, si la trucha no está buscando comida en la superficie estará en aguas más profundas y frías. Una vez recordado esto es más fácil entender cómo pescar.
Captura con ondulante
ARTIFICIALES,
CUCHARILLAS Y STRIMERS